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LA DIFERENCIA, cuento chino

29 noviembre, 2010

Si no hay preguntas, no hay respuestas, reza el antiguo adagio. Pero, a menudo, el maestro responde de un modo inesperado para el discípulo, rompiendo así sus viejos patrones y esquemas.

Maestro y discípulo estaban reunidos. El discípulo estaba anhelante por obtener alguna instrucción muy especial, fuera de lo corriente, tal vez algún método secreto o alguna clave iniciática. Pero los maestros de la tradición chan no se pierden en abstracciones.

-¿Qué es la verdad, maestro?

-La vida de cada día.

-En la vida de cada día -protestó desilusionado el discípulo- sólo se aprecia eso: la vida vulgar y corriente de cada día, pero la verdad no se ve por ningún lado.

-Ahí está la diferencia -replicó el maestro-, en que unos la ven y otros no.

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