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¿Por qué sigue existiendo la CONCERTACION?

12 noviembre, 2010

Me parece muy loable el espíritu que agrupó a un cúmulo de soñadores de muy diverso pensamiento en el año 1989 para decirle que NO al seguimiento del gobierno militar. Democratacristianos, Radicales, el PPD, y el socialismo se unieron para lograr el retorno de la democracia, luego de que «gracias a ella» el país se había dividido y había terminado en manos de una dictadura militar.

Luego de que el sueño se cumplió, y se eligió democraticamente un presidente después de casi 20 años, la Concertación trató de darle sustentabilidad y nuevos aires al regimen presidencialista de antaño. No bastó con un gobierno de transición y otro de crecimiento, sino que tuvieron que venir dos más (para que no sólo la DC gobernara, sino se diera paso a que también el PS tuviera su espacio), donde se retomó el desarrollo de la protección social (politicas sociales) que se había iniciado a mediados del siglo XX y que se había visto truncado por el enfoque neoliberal de la Junta de Gobierno.

Después de 20 años, creo que es tiempo de cuestionarse si tiene sentido que la concertación siga unida. Su espíritu fundante ha perdido significancia y validez en el Chile actual. Algunos podrían decir que luego de luchar por la democracia y de estabilizarla en el país la Concertación busca mejorarla. Pero es interesante y necesario cuestionar si es forzoso que partidos tan disímiles sigan estando juntos, más que como una Concertación, como una «Concentración» de poderes que lo único que pareciesen compartir es querer mantenerse en cargos políticos y, por ende, tener su cheque a fin de mes, sin tener una visión de futuro de Chile muy clara.

Lamentable, con la mantención artificial y a toda costa de la Concertación, lo que se ha logrado es relativizar los partidos chilenos, derechizando al Partido Socialista y al PPD y laicizando a la DC. Así, temas fundamentales como la regulación del mercado, más propio del socialismo o la defensa del valor de la vida y del matrimonio, más propio de la DC, no han sido defendidos a cabalidad para mantener la unidad de la facción.

No niego la importancia de lograr acuerdos entre las distintas visiones por el bien del país, pero depende del fin que esté detrás de dichos acuerdos y de las repercusiones de éstos. El peligro surje cuando el móvil es la mantención del poder, a costa de perder la identidad, configurando una masa amorfa, volviendo perversos los acuerdos. Creo que es necesario para los partidos y sus candidatos tener la sensibilidad de responder a las necesidades e inquietudes de la gente, pero es fundamental que esto sea en la línea de sus fundamentos y de los ideales que los originaron. Actualmente se usan conceptos como reinventarse, modernizarse, etc. lo que a mi modo de ver es positivo siempre y cuando la modernización responda a las nuevas realidades y necesidades de los chilenos, iluminados desde los pilares y la esencia de cada partido.

Esta necesaria reflexión, que deberían hacerse constantemente los partidos, puede por una parte lograr la ansiada modernización y actualización, pero por otro lado también es una posibilidad la desintegración de éstos, si la conclusión es que lo que originó la agrupación ya no tiene sentido alguno, por mucho que se quiera forzar su «reinvención». Tristemente esta última posibilidad no está en la mente de los políticos, ya que pareciese que el único objetivo, como ya lo he dicho, es mantenerse. Esto no es política, sino un negocio.

El periódico The Clinic no lo puede expresar mejor:

2 comentarios leave one →
  1. Eduardo Toscani permalink
    26 noviembre, 2010 12:24 pm

    Es interesante complementar esta reflexión con un análisis de que la coalición oficialista se encuentra inserta en un proceso inverso al descrito en el artículo. El ejecutivo ha generado ofensivas comunicacionales basadas en elementos que pasan a llevar los silencios que mantuvieron la unidad entre la UDI Popular, la UDI de Kast y aquella RN que muere por seducir a la DC.

    Un funcionario público, militante del Partido Comunista, resumió lo anterior señalando que «nunca antes había visto salir a los empresarios de la Moneda tan enojados».

    Ahora bien, no hay que olvidar que las coaliciones tienen un propósito instrumental por lo que no encuentro que resulte provechoso esperar que sean los consensos valóricos e ideoloógicos los que generen la cohesión necesaria para armar un frente opositor que fortalezca nuestro régimen democrático.

    • Juanjo Richter permalink*
      2 diciembre, 2010 3:57 pm

      Me parece importante la observación que haces, en especial lo que está sucediendo con la coalición oficialista. Aún así, creo que el propósito instrumental es una de las motivaciones que generan las alianzas y partidos, y como bien lo apuntas parece ser bien importante en la actualidad, pero es eso mismo lo que intento criticar, cómo en el Chile actual se están valorando más formas que fondos, uniones que atentan con los fundamentos intrínsecos de cada partido y que de esta manera creo que en vez de aumentar el número de votantes, alejan a aquellos que se dejan de sentir representados. Creo que ahí hay una de las causales de la baja adhesión a los partidos y cada vez más deplorable participación de los jóvenes en la política.

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